Me preguntaba ayer si la etapa de hoy llegaba en buen
momento y ahora que he terminado sigo sin saberlo. Por un lado hemos conseguido
llegar que no es poco y me hace pensar que sí, que era un buen momento, por otro
lado, he llegado si, pero muerto, nunca antes había estado tan cansado y no se
como afectara esto al resto del camino.
La etapa de hoy no solo ha sido dura, sino que también ha
sido preciosa, de las mas bonitas hasta ahora, con unos paisajes espectaculares,
bajando O Cebreiro, subiendo el alto del Poio, caminando por corredoiras llenas
de árboles que unían sus copas formando un techo natural de ramas y hojas,
precioso.
Llegamos muy bien hasta Triacastela, el Heavy lleva un pie
abierto y decide parar y esperar a la
Beli que por supuesto ya se había quedado. Nosotros
continuamos para Samos eligiendo el camino mas largo y aunque bonito se hace más
que largo, algo de culpa tienen también las señales que indican los Kilómetros
que les da la gana.
Llegamos muy quemados a Samos y encima tenemos que
desviarnos de nuestro camino para ver el monasterio, y no vamos precisamente
sobrados de fuerzas, y lo peor, aun nos quedan 11 Km. para llegar a Sarria.
Decidimos tirar por asfalto (maldito asfalto) para llegar pronto, el problema
es que el asfalto se hace muy duro, el cansancio hace mella y el paisaje ya no
es tan bonito. Se hacen los kilómetros mas largos de mi vida, donde llegue a
pensar que no podía mas y abandonaría, no se de donde saque las fuerzas (el
Domi también me animaba), y finalmente llegue cojeando a Sarria. Nos adentramos
en el pueblo y no encontramos ni un puto bar abierto ¡y son cerca de las 3 de
la tarde!. “Lo que tu dijiste Ché, llegaremos a Sarria aunque sea a las tres”
me dice el Domi.
Comemos en el primer bar que encontramos abierto, un italiano,
que nos ha parecido “de puta madre”. Después de comer retomamos camino al
albergue, que hoy por ser mas tarde de lo normal, tenemos que “pillar” uno
privado, aunque creo que nos vendrá bien para descansar, es la primera vez que
conseguimos una habitación para los cinco.
Dejo este diario a espera de que Beli me arregle los pies,
que tienen ampollas por primera vez en el camino.
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