Me duele la rodilla y también el pie, así que me entierro en
cremas y pa´lante.
Nada mas salir del albergue paramos a tomar café en el mismo bar donde estuvimos de cervezas
ayer, el camarero alucina con nosotros y nos comenta que no hubiera apostado ni
un euro por que nosotros estuviéramos ya dispuestos a emprender nuestra ruta.
Salimos Heavy, Domi y yo. Beli y Miguel, como viene siendo
habitual, se quedan.
La etapa prometía algo más al principio cuando pasamos el
Miño por una estrecha pasarela, pero después, sinceramente, no había por donde
cogerla; todo el camino prácticamente es paralelo a la carretera, rompe-piernas
total, con grandes subidas y bajadas, y con olor a mierda de vaca, cerdo,
gallina en toda la etapa.
Me ha resultado muy dura porque físicamente voy mal, la
rodilla no me da tregua, el empeine igual y la ampolla del pie izquierdo me va
a matar, y no veía nunca la llegada.
Ya digo, la etapa es monotonía pura y dura, y lo peor el
parte de guerra: Ampolla en pie izquierdo en la planta, ampolla en el dedo
pequeño del pie derecho, rodilla derecha destrozada y parte superior del
tobillo izquierdo inflamado y dolorido.
Mañana pretendemos improvisar un poco. Ya quedan dos etapas
y tenemos tres días por lo que es cuestión de repartir los kilómetros lo mas
equitativo posible.
Ya queda poco, a ver si aguanto.
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